25/4-18/9 2017
Museo Reina Sofía | Madrid | España
La obra de Katarzyna Kobro y Władysław Strzemiński, que abarca desde finales de la década de 1910 hasta comienzos de 1950, es uno de los ejemplos más consecuentes con las ideas de la vanguardia moderna. Integrada por diversas disciplinas, como pintura, escultura, arquitectura y diseño industrial y gráfico, anuncia nuevas tendencias, que alcanzarían su plenitud en las prácticas de generaciones posteriores, tales como el minimalismo, el movimiento Zero o el arte reduccionista.
Dos premisas articulan el conjunto de la producción de ambos artistas. Por una parte, la convicción de que la obra debe constituirse en consonancia con los principios que le son inherentes a fin de alcanzar la coherencia interna. Por otra, la consideración del arte como experimento de forma pura, aunque ello no implique la ausencia de una dimensión social: al contrario, para estos autores, la práctica artística desarrolla modelos abstractos de organización que pueden aplicarse al diseño industrial, la arquitectura y la ingeniería. El propósito último del arte, por consiguiente, no es la fabricación de objetos bellos, sino una transformación sustancial del mundo a partir de la experimentación creativa. La experimentación es, precisamente, un imperativo constante en el ideario artístico de Kobro y Strzemiński que se manifiesta en el continuo proceso de fabricación de prototipos –la búsqueda y puesta a prueba de diferentes soluciones a cada problema planteado– que abordan la organización material y estructural tanto de la obra de arte como de la sociedad, hasta, en últimas etapas, el fenómeno de la visión.
La presente exposición, dedicada al trabajo de ambos artistas, plantea un recorrido por sus diferentes etapas y medios de expresión, repasando páginas poco conocidas de la Historia del Arte moderno y del contexto centroeuropeo de la primera mitad del siglo xx. En este sentido, la obra de Kobro y Strzemiński, con la que transgredieron y radicalizaron muchos de los presupuestos de las vanguardias históricas, permite también cuestionar algunas de las ideas más extendidas en torno a la modernidad y apuntar a sus posibles declinaciones y líneas de fuga.