Curator | Gonzalo Sotelo
Museo Universidad de Navarra | Pamplona | España
La exposición gira en torno al “Método Geométrico” de Pablo Palazuelo e incorpora piezas de la Colección del Museo junto con otras obras icónicas del artista adentrándose en la metodología de trabajo y en el discurso del gran exponente de la Abstracción Geométrica en España.
La Abstracción Geométrica desarrolla la expresividad de la obra a través de composiciones geométricas proyectadas sobre un espacio. Esta corriente aspira a convertir un espacio bidimensional en tridimensional a través de las construcciones geométricas. Las formas geométricas simples se combinan en composiciones subjetivas proyectadas sobre espacios irreales. Esta perspectiva aporta una cierta articulación racional ya que busca definir el espacio y la percepción por parte del espectador dotándolo de un orden.
En el caso de Palazuelo la abstracción geométrica viene propiciada por su intento de acercarse a la divinidad, creadora de esa naturaleza que se descompone en formas geométricas perfectas.
En sus primeras series, presentes en la muestra, vemos también la introducción del color y la influencia de los mandalas, que poco a poco dará paso a una simplicidad cromática. El artista experimentará también con la escultura a través de la cual buscará la proyección de esas formas geométricas en el espacio.
Pablo Palazuelo (Madrid, 1916 – Galapagar, 2007), fue un pintor y escultor español. Estudió Arquitectura en Madrid y en el Royal Institute of British Architects de Oxford. Desde 1939 se dedicó exclusivamente a la pintura. Tras cultivar brevemente un estilo neocubista continuador de Picasso y Braque, comenzó a interesarse por la obra de escultores como Naum Gabo y Anton Pevsner y por la pintura de Paul Klee, que le influyó profundamente.
Sus primeros dibujos abstractos, fechados entre 1947 y 1948, se publicaron en revistas de poesía. En 1948, se instaló en el Pabellón Español de la Ciudad Universitaria de París, becado por el Instituto Francés, donde coincidió con el escultor vasco Eduardo Chillida y, dos años después, su obra se presentó en exposiciones colectivas e individuales. En 1954, comenzó a desarrollar una faceta escultórica que alcanzó su mejor momento en la década de los años 70. En 1969, regresó a España, donde se instaló primero en Monroy (Cáceres) y luego en Galapagar.
Fue galardonado con la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 1982. En 2004, recibió el Premio Velázquez del Ministerio de Cultura español.