10/7-20/9 2020
Museo Francisco Sobrino | Guadalajara | España
La muestra se compone de una serie de treinta obras de geometría depurada, y técnica de gofrado, que consiste en producir un relieve en el papel por el efecto de la presión, de una calidez formal y material empleada por el autor en toda su trayectoria.
La obra de Rocamora (Tortosa, 1946) se nutre de la escuela suprematista, movimiento artístico fundado por el artista ruso Malévich a principios del siglo XX, basado en la utilización de formas geométricas, sobre todo el cuadrado y el círculo. Los artistas que siguieron este estilo evitaban cualquier referencia de imitación de la naturaleza recurriendo a módulos geométricos y el uso a blanco y negro. Kandisnky fue otro gran exponente.
De esta forma, la obra de Rocamora que podremos contemplar desde este viernes en el Museo Sobrino, continúa una narración que no tiene fin, y que permite al autor mostrar obras llenas de ritmo, equilibrio y elegancia.
Su estilo ha evolucionado desde el tratamiento más académico de los paisajes, hasta una pintura más geométrica. Su técnica se basa fundamentalmente en el uso de cartones, que trabaja recortando, encolando —manteniendo el color natural— y formando estructuras -collages- de diferentes relieves, con predominio de la línea y el plano, en el marco de unos parámetros constructivistas.