21/2 – 18/4 2020
Galería Aural | Madrid | España
La exposción cuenta con collages fotográficos, obras abstractas de los años cincuenta, dibujos, “máquinas inútiles”, esculturas de cartón de las llamadas “esculturas de viaje”, collages de los años setenta y ochenta, entre otras.
Bruno Munari (Milán 1907-1998). Considerado uno de los más grandes protagonistas del arte y el diseño del siglo XX, ha aportado contribuciones fundamentales en diversos campos de la expresión visual y a la escritura, poesía, didáctica con una investigación polifacética sobre temas como el movimiento, la luz y el desarrollo de la creatividad o la fantasía en la infancia mediante el juego. Bruno Munari nace en Milán, pero su infancia y adolescencia transcurrieron en Badia Polesine donde llega con seis años de edad. En 1925 regresa a Milán y en 1927 comenzó a relacionarse con Marinetti y el movimiento futurista, exponiendo con ellos en varias muestras. Tres años más tarde se asoció con Riccardo Ricas Castagnedi, con quien trabajó como diseñador gráfico hasta 1938. Los años 30 son los primeros años de investigación de arte en movimiento de Munari durante los cuales realizó la estructura que se considera el primer “móvil” de la historia del arte, la Macchina Aerea, llevandole más tarde a la Macchine Inutili. Destaca en 1948 su ya inmersión en el arte con la Fundación del grupo MAC (Movimiento de Arte Concreta) junto a Gillo Dorfles, Gianni Monnet, Galiano Mazzon y Atanasio Soldati. Sus investigaciones visuales le llevan a la experimentación fotográfica con la imagen polarizada, juegos perceptivos como negativo-positivo, La experimentación cinética evoluciona hasta presentar las Macchine Aritmiche en las que el movimiento repetitivo de la máquina, en este caso, se interrumpe por casualidad mediante intervenciones humorísticas. Cabe destacar especialmente la creación de los Libri illegginili en los que el relato deja de tener valor literario-informativo para ser puramente visual. En 1955 crea el Museo immaginario delle isole Eolie a partir de una investigación que recupera objetios modificados por el mar. Finalmente presenta las famosas sculturas da viaggio que constituyen una revision revolucionaria del concepto de escultura en un mundo ya en proceso de globalización. Los viajes que realiza con frequencia a Japon en los años 60 dejarán una afinidad palpable entre el artista y el pais nipon debido a su interés por el espiritu zen, la asimetria, el diseño y el empaque de las tradiciones japonesas. Durante esta década, se dedica a la realización de obras seriales, a la experimentación cinematográfica que más tarde desembocará en la cineteca di monteolimpono (centro internazionale del film di ricercar) y a la experimentación fotográfica con el uso de impresoras. No hay que olvidar la faceta educativa de Munari. Además de crear juegos para niños, en 1977 crea el primer laboratorio para niños en un museo (la Pinacoteca di brera de Milán) conviertiendose de alguna manera en el precursor de la didáctica museística en cuanto a la formación y acercamiento al público infantil.
Entre los 80 y los 90 la creatividad de Munari sigue latente y se desarrolla mediante la creación de diversos ciclos de óperas. El creador realizó su ultima obra pocos meses antes de fallecer a los 91 años en su ciudad natal. La obra de Munari no esta depositada en un Museo o una Fundación específica dedicada a su conservación y estudio pero, si existe una colección privada dedicada unicamente al artista italiano. Ha participado en diversas exposiciones en: Museum of Modern art of Hayama (Japón), Andrew Kreps Gallery (New York), Kaufmann Repetto (Milano), Estorick collection of Modern Italian art (London), Museum für Gestaltung (Zurich), Museo de Arte Moderno Fundación Soto (Bolivia) Kunstgewerbeschule (Basel), Howard Wise Gallery (New York), Museum of Moder Art Tokyo y MoMa (New York).