13/4 2018
Pep Llabrés Art Contemporani | Palma de Mallorca | España
La familia, procedente de la ciudad alemana Halle an der Saale, se trasladó a finales del siglo XIX a Valencia, donde fundó la empresa Máximo Buch, dedicada a la fabricación de cepillos. Monika Buch nació en esta ciudad el 5 de marzo de 1936.
Finalizados sus estudios en los Colegios Alemanes de Valencia y de Barcelona, se trasladó a la ciudad alemana de Ulm, donde en enero de 1956 Monika ingresó en la Hochschule für Gestaltung (HfG) de Ulm (Escuela Superior de Gestaltung o Escuela de Ulm). Esta institución estaba dirigida por Max Bill e incorporó como docentes, además del propio Bill, a Josef Albers, Johannes Itten y Walter Peterhans. Todos ellos procedían de la mítica Staatliche Bauhaus
(Casa de la Construcción Estatal), fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar.
Monika Buch relata sus primera impresión de la Escuela: “En enero de 1956 un día esplendido y frío vi por primera vez el magnífico edificio de la Hochschule, en mi vida había visto algo parecido, este acontecimiento cambió toda mi vida. Lo llevo clavado en mi mente”.
Los estudios en la HfG estaban basados en la percepción visual según la psicología de la Gestalt (o psicología de la forma). En aquel centro, Tomás Maldonado puso en práctica el curso “visuelle methodologie” en el cual se realizaban ejercicios sobre temas como: Figura/ fondo, efecto espacial, ambigüedad, exacto/inexacto o el negro como color”. Otros estudios impartidos en Ulm fueron el de las perspectivas lineales a cargo de Albers, la geometría como lenguaje de las formas por el profesor Hermann von Baravalle y Helene Nonne Schmidt (asistente de Paul Klee en la Bauhaus), de la que Buch aprendió el trabajo con los matices de colores. Y todo ello bajo la dirección del artista y arquitecto suizo Max Bill, comprometido con el arte concreto y que consideraba la obra de arte como un objeto para el uso espiritual.
Durante los dos cursos que permaneció Monika Buch en la HfG, el estudio de la geometría y sus posibilidades fueron una de sus pasiones, lo que dio lugar al carácter de las obras que llevó a cabo en estos años y que fueron la base de gran parte del desarrollo de sus investigaciones plásticas: las posibilidades que ofrece la línea y el módulo y las formas que pueden derivarse de ambas, gracias a los giros y traslaciones. El color fue también muy característico de las formas que Buch realizó en estos años, tanto que la propia autora los denomina como “unos colores muy Ulm”.
Tras su etapa en Ulm, en 1958 se trasladó a Utrecht donde cursó los estudios universitarios de pedagogía y psicología infantil. Durante dos años centró su actividad en el campo del diseño de juguetes en la fábrica holandesa ADO. Desde 1972 se dedicó a su trabajo artístico, con investigaciones centradas en la interrelación forma-color.
La obra de Monika Buch se fundamenta en lo que aprendió en la HfG. En palabras de la propia artista: “Siempre parto de una idea o una pregunta que quiero resolver. Me interesa la percepción: qué es lo que veo y porqué, por eso me gusta trabajar en un tema con variaciones. La estética es importante pero muchas veces más en un segundo plano. Una obra puede ser bella o agradable de ver, pero para mí tiene que tener algo más, algo interesante que te llama la atención o que atrae tu mirada cada vez y quieres descubrir lo que te inquieta”. La trayectoria de los trabajos de Buch no es lineal, pues toma y retoma ideas anteriores para seguir progresando en sus investigaciones y en los resultados plásticos que de ellas derivan.
En la actualidad Monika Buch a sus 82 años sigue trabajando a caballo entre las ciudades de Utrech y Valencia.
Javier Martín